lunes, 7 de febrero de 2011

El papel de las empresas en la recuperación alemana. 07/02/2011

Las compañías alemanas se han anticipado y han reaccionado de manera temprana y ágil a la crisis. Por Christoph Beseller.

El pasado 12 de enero, la Oficina Federal de Estadísticas Destatis anunciaba que el Producto Interior Bruto (PIB) de Alemania había registrado un crecimiento del 3,6% en 2010. Tras sufrir duramente la crisis financiera de 2008, el derrumbe del comercio mundial y experimentar una caída del PIB del 4,7% en 2009 (frente a una caída del 3,7% en España), la economía alemana renace vigorosa, con un modelo económico basado en las exportaciones, la contención salarial y la flexibilidad laboral.

Aunque se estima que el crecimiento en 2011 será menos espectacular, diversos indicadores demuestran la solidez de la recuperación. Mientras otras economías europeas ven incrementar fuertemente sus niveles de desempleo, la tasa alemana (7,6%) es la más baja en los últimos 20 años. Además, Alemania ha subido dos posiciones en el ranking mundial de competitividad, situándose en el quinto puesto, sólo por detrás de Suiza, Suecia, Singapur y EE.UU.

Es indudable el papel que han jugado las impopulares reformas del mercado laboral iniciadas en 2003, el programa de «Kurzarbeit» (compensación parcial por parte de la Agencia de Empleo de la caída del sueldo por reducción de jornada), el paquete de estímulos fiscales y de austeridad de gasto público del gobierno de Angela Merkel, la contención del déficit público y la recuperación del mercado global gracias al empuje de los países emergentes y la debilidad del euro. Pero, sin duda, las empresas alemanas son también responsables de esta rápida recuperación de la economía del país germano.

No sólo las grandes empresas cotizadas han experimentado un año de máximos desde la crisis. El potente tejido empresarial de pymes, con una tradicional vocación internacional, ha contribuido en gran manera a la mejora de la capacidad exportadora de Alemania. El país germano, con una industria de alta tecnología y productos de alta gama, ha ido especializándose en la venta de bienes de equipo a los países emergentes. El esfuerzo y la inversión en innovación han sido claves para ello.

Asimismo, las empresas, conscientes de que a pesar del ajuste salarial iniciado en los años previos a la crisis no pueden competir en costes laborales frente a países con salarios mucho más bajos, lo hacen a través de productos de altas prestaciones, formación de sus empleados y alta productividad.

En este sentido, las empresas alemanas han sido conscientes de que debían evitar los despidos durante la crisis. Mantener la productividad y la formación de sus plantillas era clave para competir con éxito cuando llegase la fase de recuperación. El programa de «Kurzarbeit», que ha alcanzado a millón y medio de trabajadores, ha resultado determinante para lograr este objetivo y, a pesar de que se temía un posible repunte del desempleo a medida que venciese el plazo de acogida de 18 meses, el paro se ha mantenido a niveles muy bajos. El hecho de haber utilizado esta fórmula de flexibilidad laboral, ha permitido a las empresas reaccionar con agilidad al repunte del comercio y la producción. Además, los parados parciales han aprovechado, en muchos casos, su reducción de jornada para continuar formándose, lo que redundará en la productividad.

Las empresas germanas se han anticipado y han reaccionado de manera más temprana y ágil a la crisis que sus «peers» europeos, implantando medidas anti-crisis, iniciando acciones de reestructuración y apoyándose en nuevos mercados. Para encontrar una de las claves de esta anticipación, debemos recordar que Alemania ya se enfrentó a un periodo de recesión recientemente. Entre los años 2001 y 2003, el país y sus empresas tuvieron que hacer frente a una caída pronunciada del consumo interno, un incremento del desempleo, la ralentización del crecimiento de las exportaciones, la disminución de la inversión y las dificultades derivadas del proceso de integración de las dos Alemanias. La actual generación de directivos de empresas alemanas ya se enfrentó pues al difícil reto de la gestión en tiempos de crisis. Mientras que la generación actual de gestores de empresas españolas ha desarrollado su carrera en fases de crecimiento, la experiencia de los gestores alemanes en reestructuraciones ha demostrado ser muy valiosa y ha permitido a las empresas del país germano jugar un papel clave en la recuperación económica de la llamada locomotora europea.

Fuente: Apromesec

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