miércoles, 2 de noviembre de 2011

La constructoras tienen 70.000 millones en contratos fuera de España. 02/11/2011

La empresa española mira al exterior. Las grandes constructoras españolas han capeado la crisis de la obra pública local llevando el volumen de contratación exterior hasta los 18.000 millones anuales.

Martes, 25 de octubre, el presiente de OHL, Juan Miguel Villar Mir, recibe a un grupo de periodistas en la planta 17 del rascacielos que ocupa en la zona norte de la Castellana (Madrid). El empresario presume de la creciente internacionalización de su constructora, tras firmar esa misma mañana el contrato para el enlace ferroviario de alta velocidad entre las áreas europea y asiática de Estambul. El presupuesto de la obra asciende a 932 millones y a OHL, por su peso en el consorcio adjudicatario, le corresponden unos 650 millones.

Villar Mir anticipó a la prensa que un consorcio español estaba a punto de llevarse la mayor infraestructura puesta en juego en los últimos tiempos, la del AVE entre Medina y La Meca, en Arabia Saudí. La noticia se confirmó y dos de las constructoras del grupo ganador, OHL y ACS, suman 1.600 millones a sus carteras.

Ya no es extraño que una firma española de infraestructuras sume en una misma semana dos éxitos tan rotundos. Se han convertido en jugadores globales, muchas de ellas comprando empresas, y están allí donde se disputa un contrato millonario. Amplían el Canal de Panamá, construyen el metro en ese país centroamericano, trabajan en el suburbano neoyorquino, levantan el hospital más avanzado del mundo en Catar, horadan Los Alpes en el que será el mayor túnel de Europa...

Recopilando los datos de las memorias anuales de Seopan, patronal de las grandes constructoras, se aprecia que sus asociadas han ganado obras en el exterior por 70.000 millones en los cinco ejercicios comprendidos entre el 1 de enero de 2006 y el 31 de diciembre de 2010. Y la crisis no ha hecho más que agudizar su competitividad en el tablero mundial.

David Taguas, presidente de Seopan, suele remarcar en sus intervenciones que los dos grandes retos superados por las constructoras son el desapalancamiento, vendiendo activos no estratégicos para rebajar la deuda corporativa en más de 30.000 millones en los últimos años, y la internacionalización.

El selectivo grupo de firmas de infraestructuras con fuerte base de internacionalización, entre las que destacan las cotizadas ACS, Ferrovial, FCC, Acciona, Sacyr, OHL y San José, además de Isolux o Comsa, declaraba una contratación conjunta de obra civil exterior de 5.062 millones al cierre de 2005. Una cifra que subió a poco más de 7.000 millones a lo largo de 2006 y que se ha ido disparando hasta el hito histórico de 18.466 millones en 2008. Tras un bache en 2009, la suma volvió a repuntar en 2010 (17.918 millones) y promete mantenerse en el presente ejercicio. Brasil, India, EE UU, Oriente Medio son algunos de los destinos que se suman a otros habituales como Latinoamérica y Europa del Este.

Generalizar el éxito

Con las empresas cotizadas asentadas en todo el planeta, el siguiente reto es subir al mismo barco al resto del sector de la obra civil. Y eso incluye tanto a constructoras medianas como a ingenierías.

Entre estas últimas, Técnicas Reunidas consiguió el pasado jueves el mayor contrato de su historia. Concretamente en Turquía, para la modernización de la refinería de Izmit, por 2.404 millones de dólares (1.715 millones de euros). El viernes volvía a comunicar un hecho relevante: se convierte en contratista principal de la central eléctrica de ciclo combinado de Szazhalombatta (Hungría), por 455 millones. Y días antes se llevaba otro megacontrato en Bolivia por 370 millones. Pero es que la firma que controla la familia Lladó, muy consolidada en grandes proyectos energéticos, ha conseguido jugar en una división distinta.

La ingeniería Ineco, participada por Aena, Adif y Renfe, está siendo utilizada por el Gobierno como punta de lanza para la internacionalización del sector. Entre sus últimas conquistas figuran la dirección de la ampliación del aeropuerto de Kuwait; la supervisión de la construcción de la segunda línea de metro de Bombay o la gestión y vigilancia de la remodelación y operación de la autopista mexicana entre Guadalajara y Colima. Prointec, Ayesa, Apia XXI, Grado AAA, Tekia y Semic, son algunas de las competidoras privadas que captan negocio con Ineco a miles de kilómetros.

En cuanto a las constructoras medianas, muchas asociadas a Anci y Aerco, se les viene advirtiendo desde Fomento de la necesidad de ganar volumen para dar el salto. Pero las fusiones en tiempo de crisis, y con el negocio inmobiliario como lastre de alguna de las candidatas a entrar en proyectos de integración, se han tornado algo prácticamente imposible.

Con los países desarrollados enfocados al control del déficit se han visto seriamente mermados los presupuestos de obras públicas, lo que alimenta el modelo de colaboración público-privada para que sean las constructoras quienes anticipen el pago de las infraestructuras a cambio de explotarlas. Un negocio reservado a empresas con grandes recursos.

¿Qué les queda a las constructoras medianas? "Debemos centrarnos en la búsqueda de destinos con proyectos digeribles, como Perú o Uruguay, además de entrar en alianzas para participar en otros mayores", explica el director general de una de las constructoras medianas.

Ejemplos del camino a seguir no faltan. La firma gallega Copasa metió la cabeza en el consorcio que se ha apuntado el citado tren de alta velocidad del Desierto (Medina-La Meca). La andaluza Sando, afincada ya en Polonia, se ha estrenado este año en Colombia y en Marruecos. Aldesa construye en Polonia y busca oportunidades en Estados Unidos. Rover Alcisa está compitiendo por una obra ferroviaria de 420 kilómetros en Turquía. Azvi tiene una notable presencia en Chile, como constructora y operadora de infraestructuras. Copcisa se está ocupando de levantar el nuevo edificio de la Pontificia Universidad católica de Valparaíso, en la ciudad de Curauma (Chile). Y, así, todo un goteo de referencias españolas que buscan alivio fuera para lo que consideran ya la ruina generalizada del sector en España.

Recientes encargos multimillonarios
ACS. A 31 de junio elevaba un 21% sus ventas por obra internacional. En solitario ya atesoraba, por ejemplo, trabajos en Nueva York por 1.800 millones. La integración de Hochtief y de Leighton disparan su cartera exterior.

FCC. Panamá es todo un granero para FCC, que construye el metro de Ciudad de Panamá por 1.000 millones. El pasado mes también ganó la ejecución de la Ciudad Hospitalaria, valorada en 450 millones.

OHL. Dirige las obras del hospital Chum de Montreal (Canadá), por 1.500 millones, y del Centro de Sidra en Doha (Catar), de 1.600 millones. Firmó la semana pasada el ferrocarril del Bósforo (Turquía ) y el AVE del Desierto (Arabia).

San José. India ha confiado a San José la construcción y operación de la circunvalación sur de Jaipur. Las obras se llevan 157 millones y la empresa prevé ingresos por 1.600 millones en los 28 años de concesión.

Acciona. En Australia construye y operará el túnel Northern Link, en Brisbane (Australia), con obras por 1.100 millones. La desaladora de Adelaida (en la imagen) es otro de sus grandes contratos en Australia.

Ferrovial. Los proyectos de construcción y operación de las autopistas LBJ y NTE, ambas en Texas (EE UU), requieren inversiones por 4.000 millones. Ferrovial también levanta la terminal 2 de Heathrow (Londres).

Sacyr. La adjudicación de la ampliación del Canal de Panamá, por 2.250 millones, fue todo un hito para la ingeniería española. Sacyr también es la encargada de construir y operar la autopista italiana Pedemontana-Veneta, valorada en 2.000 millones.

Isolux. Las plantas solares y los tendidos eléctricos son dos de sus puntos fuertes. Ha culminado en Italia la mayor fotovoltaica europea (70 MW), y entre Brasil, India y EE UU suma 5.447 kilómetros de alta tensión.

Fuente:www.cincodias.com

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