lunes, 16 de agosto de 2010

Las 'otras' inversiones. 16/08/10

Antigüedades, maderas, arte, vino o fotografía presentan alternativas de rentabilidad.

Por Miguel Angel García Vega

Las inversiones alternativas son al mundo de la inversión lo mismo que la tabla de multiplicar del tres a las matemáticas. Uno es capaz de recitarla de memoria, pero su utilidad real a veces resulta un misterio. ¿Invertir en sellos, monedas, maderas nobles, antigüedades, arte, arqueología, objetos de diseño es útil, esto es, rentable, o solo es un producto de la memoria financiera de tiempos pasados, sin sitio en el sofisticado mundo de los instrumentos financieros actuales?

Llevando las manecillas del tiempo lo más atrás posible, el inversor llega al pequeño, en apariencia, sector de la arqueología. En diciembre de 2007, una figurilla (8,3 centímetros) mesopotámica de magnesita, que representa un león antropomórfico, se vendió en Sotheby's por 44,5 millones de euros. El precio más alto jamás pagado por una antigüedad. Frente a esta cotización excepcional, "este mercado tiene una rentabilidad al año de entre el 8% y el 10%", asegura Jaume Bagot, propietario de J. Bagot Arqueología y Numismática. "Y además, se pueden comprar piezas representativas a partir de 1.000 euros", añade.

Es evidente que es un sector reducido, nutrido sobre todo de clientes particulares, fundaciones y museos. Pero todos ellos se tienen que enfrentar al problema de la procedencia de las piezas. Por eso "se paga mucho más por los objetos que son muy trazables y cuyo origen es fácilmente identificable", afirma Jaume Bagot. Y dentro de este mundo de lo trazable, Roma, Grecia, Egipto y Mesopotamia son las culturas más demandadas por los inversores.
Lo antiguo vende. A pesar de que la crisis, evidentemente, se ha dejado sentir mucho, el mercado de las antigüedades parece resistir el embate. "Se ha notado un ligero descenso en las ventas de piezas de menor importe, pero, por el contrario, las importantes, las de gran valor internacional, se siguen vendiendo a buenos precios", reflexiona David Bardía, director de Víctor i Fills Art Gallery. La crisis, eso sí, ha traído mejores oportunidades en precio, indica este experto, y destaca que es una inversión menos volátil que la Bolsa, los fondos de inversión o la filatelia. "Además, las obras siempre están ahí, aunque en determinadas ocasiones no suban lo que uno espera; pero conservan su valor", describe David Bardía. A lo que se suma lo que podríamos llamar el dividendo del disfrute: verlas todos los días. Pero como negocio "hay que ir a las piezas buenas frente a las malas o las regulares. Un picasso siempre lo vas a poder vender, da igual cómo esté el mundo", aconseja Borja Ybarra, secretario de la Asociación de Anticuarios de Madrid.

Y los sellos, ¿qué ha sido de ellos tras los presuntos fraudes de Afinsa y Forum Filatélico? La primera consecuencia es que nadie en el sector parece querer que se le asocie al término inversión. "No tratamos con inversores, sino con coleccionistas", precisan en la filatelia sevillana Hernando Colón. Por su parte, en la barcelonesa Filatelia Vives de la Cortada, las noticias no son mejores. "El sector está francamente mal. Ha ido muriendo poco a poco, porque no hay juventud. Los jóvenes se interesan por los ordenadores, no por los sellos", dice su propietario, Alberto Vives de la Cortada. "Desde luego, los temas de Afinsa y Forum no han ayudado". Y precisa: "Como inversión funciona mejor la numismática que la filatelia".
Y eso que el mundo de las monedas tiene unas reglas singulares. Por ejemplo, "se está pagando más por las piezas bellas y bien conservadas que por las raras", avanza Jaume Bagot, de J. Bagot Arqueología y Numismática. ¿Recomendaciones de compra? Áureos romanos y monedas griegas en plata y oro. Y siempre prevaleciendo su buena conservación. Para Jesús Vico, de la firma numismática del mismo nombre, "la moneda antigua ya no se puede fabricar y, por tanto, disfruta de una demanda creciente con una oferta estable".

A quien, desde luego, no parecen irle bien las cosas es a la inversión en maderas nobles (cerezo y nogal, sobre todo). El principal impulsor de este negocio, Bosques Naturales, tuvo el año pasado un resultado negativo de 669.592 euros. "Las maderas nobles son complicadas, pues no hay forma de garantizar su calidad. Además, para ser comercializables necesitan tener unas propiedades muy concretas y difíciles de obtener. Y no se logran plantando muchos árboles, o sea, creando masa, sino que dependerá de las características propias de la planta", reflexiona uno de los principales expertos en maderas del país.
En cuanto al mercado del arte, aunque todavía se muestra débil, parece que se recupera. Los precios -según la consultora Artprice- han subido un 9,5% entre enero de 2009 y enero de 2010. Y acorde con el portal especializado Artnet, durante el pasado mes de junio nada menos que 230 artistas establecieron su récord de cotización por encima de los 77.000 euros.
"Una vez superada la crisis de la deuda soberana de Dubai, el optimismo parece haber regresado", afirma el coleccionista Marcos Martín Blanco. "El mercado ha vuelto a recuperar, al menos en parte, su apetito, sobre todo por las piezas de gran calidad o museables. Para estas siempre existen compradores y precios altos", indica Martín Blanco.
O sea, los trabajos de primer nivel de los grandes nombres del arte actual (Basquiat, Gerhard Richter, Warhol, Jeff Wall, Cindy Sherman, Elizabeth Peyton) se venden bien. Aunque hay quien tiene una mirada distinta. "Si compras arte contemporáneo como inversión, pierdes siempre; si lo haces por simple disfrute, ganas siempre", asevera el coleccionista Carlos Pérez.

También es muy interesante lo que sucede con los maestros antiguos. Los mitos, por ejemplo Rubens o Turner, se siguen vendiendo por cifras multimillonarias. Pero, de repente, el mercado se ha dado cuenta de que merece la pena pagar elevadas sumas por las pinturas excepcionales de artistas de segunda o incluso tercera fila. Así se explica que la tela Alegoría del hombre escogiendo entre la virtud y el vicio, del pintor flamenco Frans Francken, el Joven (1581-1642), que en los años sesenta y setenta se hubiera podido comprar por unos pocos cientos de dólares, se haya rematado en abril pasado en la sala vienesa Dorotheum por 7.022.300 euros. "Abriendo una nueva estrategia para los inversores en pintura antigua, que, tradicionalmente, había tenido un componente menos especulativo que la contemporánea", indica el coleccionista Carlos Manzano.

En este recorrido por las inversiones diferentes, también hay que fijarse en las denominadas artes decorativas y el diseño. Sotheby's vendió en la subasta de mayo pasado una silla Nautilus creada en 1913 por el diseñador francés Paul Iribe por la espectacular cifra de 492.750 euros. "Últimamente los precios han subido mucho y parece que, al menos en cantidad, está hurtando parte del espacio que antes ocupaban las antigüedades y que han ido perdiendo por la crisis", concluye Sofía Rodríguez, directora del Museo Nacional de Artes Decorativas.

Fuente: www.elpais.com


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